La revolución industrial

          La Revolución Industrial comenzó en Gran Bretaña a fines del siglo XVIII. Muchas de las primeras innovaciones que permitieron la Revolución Industrial comenzaron en la industria textil, haciendo que la tela se traslade de las casas a las grandes fábricas. Gran Bretaña también tenía mucho carbón y hierro, que era importante para alimentar y fabricar máquinas para las fábricas.

Este proceso duró más de 100 años. Después de comenzar en Gran Bretaña a fines del siglo XVIII, se extendió a Europa y Estados Unidos, y se la puede dividir en dos fases: 

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• Primera revolución industrial: la primera ola de la revolución industrial duró desde fines del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Industrializó la fabricación de textiles y comenzó el movimiento de la producción de las casas a las fábricas. El poder del vapor y la desmotadora de algodón jugaron un papel importante en este período.

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• Segunda revolución industrial: la siguiente ola tuvo lugar desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX. Durante esta fase, grandes fábricas y compañías comenzaron a utilizar más tecnologías para producir bienes en masa. Innovaciones importantes durante este período incluyen el uso de electricidad, la línea de producción y el proceso de acero Bessemer.

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        El economista y filósofo escocés Adam Smith estableció las bases de la economía Liberal, la cual propone dejar al individuo en libertad, obteniendo su propio bienestar y construyendo adicionalmente el bienestar común de sus semejantes.

 

      Cuando James, perfecciona la máquina de vapor, comenzó a ser utilizada para mover el telar mecánico, elemento que duplicó la producción textil, esto generó la producción de nuevas máquinas tejedores e hiladoras, con las cuales supervisaban y dividían labores. Dicho aumento ayudó a desarrollar otras áreas de la economía como la minería, de la cual provenían el carbón y el hierro. Fue así como quienes instalaron estas máquinas fueron haciéndose millonarios y alrededor de las ciudades en las que se encontraban dichas máquinas, fueron constituyéndose los barrios obreros en los que, en pequeñas casas, se acumulaba el proletariado. 

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        La Revolución Industrial provocó muchos cambios culturales. Antes de la revolución, la mayoría de la gente vivía y trabajaba en granjas. Durante la revolución, las personas se mudaron a las ciudades para trabajar en las fábricas. Las ciudades crecieron y se transformaron, pero como el cambio fue muy rápido, los trabajadores pobres vivían en edificios atestados e inseguros. Este fue un cambio dramático en el estilo de vida de muchas personas. Al principio, las condiciones de trabajo para las personas en las fábricas eran malas. Había pocas leyes para proteger a los trabajadores en ese momento y las condiciones de trabajo a menudo eran peligrosas. La gente tenía que trabajar muchas horas y el trabajo infantil era una práctica común. A finales de la década de 1900, los sindicatos y las nuevas leyes comenzaron a crear un entorno de trabajo más seguro. La necesidad de transportar los productos llevó a creación de caminos, canales y carreteras, dando origen en 1825 al ferrocarril. 

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        La revolución industrial fue el motor del capitalismo, siendo la industria la principal actividad económica y estableciendo una nueva dinámica y estructura social nació de ello y las categorías sociales se pusieron de manifiesto.

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- Consecuencias

- Economía liberal

- ¿Dónde y cuándo?

- Duración

- Cambios técnicos

- Cambios culturales

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